Cuando se necesitaba barrer el piso, él lo barría, cuando la fuerza de las ventas necesitaba una charla de estímulo, él la daba. Hacía todo lo que se necesitaba hacer.
Se sabía que él reparaba las duchas, marcaba el campo con la tiza, recogía las toallas mojadas después de los entrenamientos, les vendaba los tobillos a sus jugadores y sacaba el barro acumulado entre los tacos de sus zapatos. En otras palabras fue una milla más.
En el mundo hay muchos que escasamente caminan la primera milla pero no dan más. Cumplen apenas con su deber, pero no van más allá. Los encuentra uno en las oficinas públicas o privadas.
Cumplen escasamente con su horario y hacen solo lo que se les asigna. No estamos hechos para caminar una milla, sino para ir más allá.
Dios ha puesto un potencial en nosotros y él espera que lo explotemos para su gloria. Lo harás hoy?
Si un soldado los obliga a llevar una carga por un kilómetro, cárguenla por dos. A quien les pida algo, dénselo, y a quien les pida prestado, préstenle. Mateo 5:41,42
¡Que nuestro Señor Jesucristo llene de amor sus vidas. Fil 4:23
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Col 3:23
Equipo de Historias Que Edifican,
Grupo Edificate. Imprimir tema.
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