Había una vez un león que se enamoró de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio.

Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que le inspiraba.

Entonces ideó lo siguiente. Como el león no dejaba de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición: que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija.

El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba.

Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando volvió a presentarse ya sin sus poderes, el labrador lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad a golpes.

MORALEJA: Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban.

Ésta  fábula de hoy me recuerda la historia del tristemente célebre juez de Israel, Sansón. Al igual que el león de la fábula, este héroe sacrificó aquello que era un don de Dios para bendecir a su nación por un momento de placer y al final, lo perdió todo.

Bueno, en el caso de Sansón (a diferencia del león de la fábula), Dios le concedió una nueva oportunidad de contribuir a la liberación de su nación…aunque a costo de su propia vida.

¿Por qué desperdiciar los dones y talentos que Dios nos ha concedido por un disfrute momentáneo que, a la larga se disipa y nos deja con el sabor amargo de la desilusión?

Consideremos lo que hacemos a la luz de los planes de Dios para nuestra vida y atrevámonos a hacer ajustes. Adelante y que el Señor les bendiga.

1 Timoteo 4:14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.

DIOS LES BENDIGA!
Sindy Cándido.

Una niña pequeña estaba muy nerviosa ante la perspectiva de montar a caballo por primera vez, aun cuando iba a montar detrás de su abuelo, que era un excelente jinete. Cuando sus padres la ayudaban a montarse en el caballo, ella gritó: ¿Qué hago ahora? ¡Yo no sé montar a caballo! ¡Nunca lo he hecho antes! ¿Qué hago?.

Su abuelo le respondió con un tono reconfortante: No te preocupes del caballo, ni de cómo montarlo. Solo agárrate de mí, mi amor, solo agárrate de mí.


¡Qué gran consejo para nosotros hoy! Pensamos que nuestro día va a ser lento, pesado y aburrido, pero resulta en un día bien movido y agitado. En esos días es cuando necesitamos aferrarnos a nuestra fe en el Señor y permanecer en la montura.

 
Una de las formas más importantes en las que nos aferramos al Señor es mediante la constante comunicación con Él en un flujo continuo de oración y alabanza. Podemos orar en cualquier lugar y momento. Incluso un pensamiento de oración nos lleva a centrar nuestra voluntad y atención en el Señor y a depositar toda nuestra confianza en Él. Solo cuando perdemos el contacto con el Señor caemos en el peligro del pánico, la frustración, el frenesí y el fracaso que traen consigo.


El Señor conoce el final del camino desde el comienzo de cada día y sabe cuanto va a durar la presente agitación en tu vida. Sobre todo, Él sabe cómo guiarte con seguridad a través de cada desenfrenada cabalgata, conservándote en su divina paz durante todo el camino.


Cuando te encuentres metido en situaciones difíciles y todo parezca estar en tu contra, al punto de que sientes que ya no va a poder aguantar ni un minuto más, nunca te rindas entonces, pues ese es solo el lugar y el momento en que cambiará la marea.

 
Recuerda siempre que nunca montas solo en las bestias de la vida. El Señor está contigo y sostiene las riendas con firmeza en su mano. ¡Solo agárrate!

 
Todo lo que Dios nos llama a hacer, también hace posible que lo logremos. Anónimo.

 
Salmo 16:1
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.

DIOS LES BENDIGA!
Sindy Cándido.
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Era un día frío, lluvioso y gris.
Mientras manejaba su auto por la ruta, Heraldo divisó a una anciana cuyo vehículo averiado estaba detenido en la banquina. Estacionó su viejo Ami 8 delante del BMW de la anciana. La señora miró preocupada al hombre que se le acercaba, hacia más de una hora que estaba allí sin conseguir ayuda, pero, quien se aproximaba no tenia muy buen aspecto, podría tratarse de un delincuente. Más no había nada por hacer, estaba a su merced.

Se veía pobre y hambriento. Heraldo se dio cuenta e intentó tranquilizarla: "Vengo para ayudarla señora"- le dijo. " Entre al auto así no se moja mientras yo veo qué puedo hacer. Solo se trataba de una pinchadura, pero para la anciana se trataba de una situación difícil. Heraldo se metió bajo el auto buscando un lugar donde poner el gato hidráulico y en la maniobra se lastimó varias veces los nudillos.

Estaba apretando las últimas tuercas, cuando la señora bajó la ventana y comenzó a hablar con él. Le contó de donde venia, que tan sólo estaba de paso por ahí, y que no sabia como agradecerle. Heraldo sonreía mientras cerraba el baúl del coche guardando las herramientas. Le preguntó cuánto le debía, pero él no quería dinero. Más bien pensaba que ayudar a alguien en necesidad era la mejor forma de pagar por las veces que a él, a su vez, lo habían ayudado.

 Así que le dijo a la anciana que si quería pagarle, la mejor forma era que la próxima vez que viera a alguien en necesidad, y estuviera a su alcance el poder de asistirla, lo hiciera de manera desinteresada, y que entonces... "tan solo piense en mi..." Agregó despidiéndose. Heraldo esperó hasta que el auto se fuera. Había sido un día frío, gris y depresivo, pero se sintió bien, ayudar siempre le daba satisfacción. Entró al coche y se fue... Unos kilómetros más adelante la señora divisó un pequeño bar. Pensó que seria muy bueno quitarse el frío con una taza de café caliente antes de continuar así que se detuvo. El lugar era diminuto, muy pobre y precario...

 Una cortes camarera se le acercó y le extendió una toalla de papel para que secara su cabello, empapado por la lluvia. Tenía un rostro agradable con una hermosa sonrisa. Aquel tipo de sonrisa que no se borra aunque estuviera muchas horas de pie. La anciana notó que la camarera estaba embarazada. Y sin embargo esto no le hacia cambiar su simpática actitud.

Pensó en cómo, gente que tenia tan poco, era tan generosa con los extraños. Entonces se acordó de Heraldo...

Al terminar su café, pagó con cien pesos. Cuando la muchacha regresó con el cambio constató que la señora se había ido. Intentó alcanzarla, pero al pasar vio en la mesa una servilleta de papel escrita junto a cuatro billetes de cien. Los ojos se le llenaron de lágrimas cuando leyó la nota: "Cuando tuve necesidad, alguien me ayudó como hoy te estoy ayudando. Si quieres pagarme, no dejes de asistir y ser bendición a otros como hoy lo hago con vos. Seguí dando de tu amor y no permitas que nada rompa las bendiciones que sabes dar con tu actitud."

Esa noche, ya en su casa, mientras la camarera entraba sigilosamente en la cama, para no despertar a su agotado esposo que debía levantarse muy temprano, pensó en lo que la anciana había hecho por ella.

¿Cómo sabría ella las necesidades que tenían con su esposo, los problemas económicos que estaban pasando, máxime ahora con la llegada del bebe? Acercándose suavemente hacia él, para no despertarlo, mientras lo besaba tiernamente, le susurró al oído... "Todo va a estar bien, te amo... Heraldo."

Vaya éste mundo es tan pequeño, pero tan grande a la vez...Y siempre he pensado que nuestra vida es como un bumerán, lo que envías recibes, lo que siembras, cosechas....

Qué se iba a imaginar Heraldo que la anciana de una u otra forma le iba a pagar su favor, y justamente con su esposa....Son los resultados hermosos del amor verdadero, cuando das con amor sincero recibes el doble....

En cada uno de ustedes brilla un ángel. Quizás ustedes no lo saben, quizás sienten que son uno más en la vida de todos los días pero no... Hay riquezas que solo anidan en el corazón y que son las más importantes, pues podemos brillar a través del dinero, la fama, los títulos, o lo que sea pero la esencia que hace que nuestra luz se expanda es solo la que nace y crece en nuestro corazón. Voy a seguir ayudando pues como piensa Heraldo así pienso yo: "Ayudar a alguien en necesidad es la mejor forma de pagar por las veces que a mi a su vez me han ayudado..."

Si quieres pagarme, no dejes de asistir y ser bendición a otros como hoy lo hago contigo. Sigue dando de tu amor y no permitas que nada rompa las Bendiciones que sabes dar con tu actitud." Da lo mejor de TI....tu corazón te lo agradecerá.

Eclesiastes 11:1 " ECHA TU PAN SOBRE LAS AGUAS: PORQUE DESPUES DE MUCHOS DIAS LO HALLARAS"
Gálatas 6:7b " TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIEN SEGARA"
DIOS LES BENDIGA!
Sindy Cándido.
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Al entrar a una pequeña tienda, el extraño notó un anuncio en la puerta de vidrio que decía "PELIGRO, CUIDADO CON EL PERRO"

Adentro, vio un indefenso perro viejo dormido en el piso cerca de la caja registradora. Y le preguntó al dueño de la tienda "Es este el perro con que la gente se supone deben tener cuidado?"

"Sí," Contestó el propietario, "Ese es."

El hombre no pudo quedarse sin sonreír. "Este ciertamente no se ve como un perro muy peligroso desde mi punto de vista," se rió. "Por qué decidió usted poner ese anuncio?

"Porque", contestó el dueño, "antes de que pusiera el anuncio, la gente seguido se tropezaba con él."

Muchas veces no vemos los detalles en la vida que por parecer insignificantes simplemente los ignoramos, pero su poder para hacernos tropezar es inmenso...TENGAMOS CUIDADO CON LO QUE PARECE INOFENSIVO PERO NOS PUEDE LLEGAR A PERJUDICAR DE ALGUNA U OTRA MANERA ...

Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo (1ª Jn. 4: 4).

Santiago 1:12 Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman.

2 Corintios 12:9
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.


DIOS LES BENDIGA!






Sindy Cándido.
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Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, con precaución de no toparse con un chico cruzando la calle sin mirar, y al bajar la velocidad; sintió un estruendoso golpe en la puerta, y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.


Trancó los frenos, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto.
Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia un auto estacionado; le gritó a toda voz: ¿Qué rayos fue eso?

¿Quién eres tu? ¿Qué crees que haces con mi auto? Y enfurecido casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: !Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! ¿Por qué hiciste eso?


"Por favor, Señor, por favor. Lo siento mucho! no sé que hacer", suplicó el chiquillo." Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado.

"Es mi hermano", le dijo. Se descarriló su sillón de ruedas y se cayó al suelo y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: "Puede usted, por favor; ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mí solito". Soy pequeño.
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó grueso el taco que se le formó en su garganta.


Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó en su silla nuevamente sacando su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró; y el chiquillo le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.


El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita.
El ejecutivo no reparó la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo; para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.


DIOS nos susurra en el alma y en el corazón a travez de su Espíritu Santo.
Hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.
Escoge: Escucha el susurro... o el ladrillazo
.

Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. JEREMIAS 7:23



DIOS LES BENDIGA!










Sindy Cándido.



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Esta es una conmovedora historia que se refiere a dos de los tres tenores – Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras – que emocionaron al mundo cantando juntos.

“Aún los que nunca visitaron España conocen la rivalidad existente entre los catalanes y los madrileños, ya que los primeros luchan por su autonomía en una España dominada por Madrid.

Hasta en el fútbol los mayores rivales son el Real Madrid y Barcelona. Pues bien, Plácido Domingo es Madrileño José Carreras es Catalán. Por cuestiones políticas, en 1984, Carreras y Domingo se volvieron enemigos.

Siempre muy solicitados en todas partes del mundo, ambos hacían constar en sus contratos que sólo se presentarían en determinado espectáculo si el adversario no fuese convidado. Pero en 1987, Carreras se hizo de un enemigo mucho más implacable que Plácido Domingo.

Carreras fue sorprendido por un diagnóstico terrible: leucemia!!. Su lucha contra el cáncer fue sufrida y persistente. Se sometió a varios tratamientos, como auto transplante de la medula ósea, además del cambio de sangre, lo que lo obligaba a viajar una vez por mes a Estados Unidos.

Claro que en esas condiciones no podía trabajar y a pesar de ser dueño de una razonable fortuna, los altos costos de los viajes y del tratamiento rápidamente debilitaron sus finanzas. Cuando no tenía más condiciones financieras, tomó conocimiento de la existencia de una fundación en Madrid, cuya finalidad única era apoyar el tratamiento de leucémicos.

Gracias al apoyo de la fundación hermosa, Carreras venció la dolencia y volvió a cantar. Demás esta decir, que recibiendo nuevamente los altos cheques que merecía, José Carreras trató de asociarse a la fundación.

Pero leyendo sus estatutos descubrió que el fundador, mayor colaborador y presidente de la fundación era Plácido Domingo. Descubrió que este había creado la entidad en principio para atenderlo y que se había mantenido en el anonimato para no humillarlo al tener que aceptar auxilio de un enemigo.

El encuentro más lindo y conmovedor fue el encuentro de los dos, imprevisto por Plácido, en una de sus presentaciones en Madrid. Allí, Carreras interrumpe el evento y humildemente, arrodillándose a sus pies, le pide disculpas y le agradece en público. Plácido lo levanta y con un fuerte abrazo, los dos sellan en ese instante el inicio de una gran amistad.

Muchas veces caemos en un círculo de mal entendidos y orgullo que nos llevan a la rabia y damos cabida al odio. Esta es una historia que no debe ser olvidada y tanto como sea posible sirva de inspiración y ejemplo de lo que es capaz de hacer la tolerancia la humildad el perdón y la reconciliación.

Efesios 4:32
“Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.”


Proverbios 19:11
“La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.”


Proverbios 15:1
“La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.”

DIOS LES BENDIGA!











Sindy Cándido.



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Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio defendiendo la inexistencia de Dios.
Después de haber finalizado su discurso, desafió a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma.



Un hombre que había sido bien conocido en la localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas, pero que había encontrado recientemente liberación y esperanza en Dios aceptó la invitación y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente.



El conferencista le pidió que hiciera la pregunta; el hombre, continuó imperturbable pelando la naranja en silencio, al término de lo cual, se la comió.
Se volvió al conferencista y le preguntó : "¿Estaba dulce o agria?"



"No me pregunte tonterías", respondió el orador con señales evidentes de enojo; "¿Cómo puedo saber el gusto si no la he probado?"



Y aquel hombre regenerado por el amor de Dios respondió entonces:
"Y ¿cómo puede usted saber algo de Dios, si nunca lo ha probado?"



Amigo, intenta probar a Dios en tu vida y sabrás que fue la mejor decisión de tu vida!!



Romanos 14:11 "Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios."

Salmo 34:8 "Gustad, y ver que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en Él."

DIOS LES BENDIGA!










Sindy Cándido.






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Es un frío día de diciembre en la ciudad de Nueva York. Un jovencito de unos 10 años estaba parado, descalzo, ante una tienda de zapatos en Broadway, asomándose al escaparate, y temblando de frío. Una dama se acercó al muchacho y le dijo: "Mi jovencito, ¿qué es lo que miras con tanta insistencia en el escaparate?




"Le estaba pidiendo a Dios que me diese un par de zapatos", fue la respuesta del muchacho.
La dama lo tomó de la mano y entraron a la tienda, le pidió al vendedor que trajese una media docena de calcetines para el muchacho. Entonces, le preguntó si podía conseguirle una vasija con agua y una toalla.


Él se las trajo rápidamente. Ella se llevó al muchacho a la parte trasera de la tienda y, quitándose sus guantes, se arrodilló, lavó sus piecitos y los secó con la toalla.
Para entonces, el vendedor había regresado con los calcetines.
Colocando un par en los pies del muchacho, entonces ella le compró un par de zapatos, y atando el resto de los pares de calcetines, se los entregó. Le dio una palmadita en la cabeza y le dijo: "No hay duda, mi amiguito, te sentirás más cómodo ahora".


Al salir, el asombrado muchacho le tomó la mano y, mirándola al rostro, con lágrimas en sus ojos, le contestó con estas palabras: "¿Es usted la esposa de Dios?"

No hay duda que cuando somos compasivos nos parecemos a Dios, porque Dios es Compasivo. Extendamos nuestra mano amiga y tierna en todo momento hacia nuestro projimo....





Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Mateo 5:16.


Y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, como está escrito: "Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré himnos a tu nombre."
Romanos 15:9.


DIOS LES BENDIGA!














Sindy Cándido.




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