Las personas son regalos que Dios me ha dado. Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.

Algunos han sido maltratados en el correo; otros llegan como "Entrega Especial"; algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran rigidez. Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.

A veces el regalo se abre con facilidad; otras se necesita la ayuda de otras personas. Tal vez es porque tiene miedo, quizá han sido heridas antes y no quieren ser lastimadas de nuevo. Pudo ser que alguna vez se abrieron y luego se descartaron. Quizá ahora se sienten más bien como "cosas" que como seres humanos.

Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. Somos obsequios de Dios unos para otros.

Es difícil pensar en ocasiones que aquel que me ha lastimado es también un regalo de Dios, pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos con ella, seguramente encontraremos un hermoso regalo, pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza para crecer en su amor, en nuestra fe.

Nosotros mismos podemos tener una envoltura tan maltratada por el tiempo y/o las circunstancias, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo puso ahí es nuestro Creador, solo tendríamos que ver hacia adentro y estar listos para darnos... descubre en tu interior todos los dones con los que el Señor te conformó y sé el digno regalo para los que te necesitamos.

El mismo Samuel al buscar al futuro rey de Israel, miró las envolturas de los hermanos de David, viendo que eran fuertes y grandes, pero Dios mira el corazón, lo que llevamos dentro de la envoltura. " Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho, porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón ." 1 Samuel 16:7

Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros, por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora, estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Fil 1:3-6

Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre vosotros, y de vuestro amor por todos los santos,
16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones. Efesios 1:15-16




DIOS LES BENDIGA!








Sindy Cándido.



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